Tengo hambre
Fotografía "La mano del hambre" de Mike Wells. 1980
Tengo hambre a pesar de comer todos los días, a pesar de vivir en el primer mundo y estar a la cabeza de la cola.
Mis tripas aúllan como un lobo hambriento al caer la noche, en un diálogo con la luna y al amanecer, me desayuno un mundo indigesto.
Me compré una sociedad de conciencia gastada, oídos sordos y lengua de trapo y ahora, cuando le pido solidaridad, me dice que ya está de saldo.
Y yo tengo hambre y como todos los días, y me duele la carne negra como al pastor le duele la oveja negra de su rebaño.
El silencio no alimenta pero anestesia las conciencias y si se calla no existe y si no existe no duele y si no duele no importa.
Porque el dolor ajeno siempre es hijo de la injusticia.
Pero tengo un gusano en la tripa que me come por dentro porque él no ha nacido y ya tiene hambre.
Cuando no soy hombre soy buitre que come carroña y sobrevuela paciente sobre el último aliento de la vida. Y a mí qué me importa…
Pero hoy tengo hambre pero cuando como, vomito vergüenza.