Soy el tiempo.
Soy el tiempo.
Muero cuando estoy naciendo, para vivir por siempre, porque soy eterno.
Soy experto en impartir justicia y el orden es mi neurosis.
Pongo cada cosa en su sitio y dicto sentencias universales.
Sin embargo, mi especialidad es la medicina porque curo todos los males.
No hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista.
Los ancianos se lamentan de mi rápido transcurrir.
Pero la juventud, sin embargo, me malgasta y me subestima.
Soy decidido y nunca doy un paso atrás.
Mi destino es el camino y no me importa llegar.
No es cierto que cualquier tiempo pasado fue mejor.
¿Acaso dudas de que lo mejor siempre está por llegar?
Presumo de buena memoria, recuerdo todos tus actos.
Cosecho lo que tú siembras y te lo advierto…
Quien siembra vientos, recoge tempestades.
Soy el tiempo y no me gasto.
Todo llega y nada queda, menos yo que soy eterno.
Soy verdugo de la vida y maestro de ignorantes.
Soy el tiempo poderoso, tu rival y compañero.
No importa lo que te creas…
La partida siempre gano.
Soy el tiempo justiciero, pendenciero y arrogante.
Vive intensamente, antes de que yo te mate.