El Hueco
Noté un hueco, metí la mano en él y hacía frío.
Tiró de mí, me asusté, estaba oscuro y me sentí perdida.
Grité, mi voz retumbó y se contestó a sí misma.
El hueco era sordo a mis temores.
El hueco era ciego a mi oscuridad.
El hueco era frío.
Palpé con mis manos sus paredes.
Busqué con desesperación una salida.
Sentí la angustia en mi garganta.
El hueco se hizo profundo.
El hueco se tornó infinito.
El hueco tenía hambre de mí.
Y entonces empezó a girar, a dar vueltas sin control.
Centrifugándome dentro de él hasta aturdirme.
Ahora el hueco es mi casa, casi diría mi hogar.
El hueco es frío y oscuro.
El hueco es profundo e infinito.
El hueco me comió y ahora es mi casa.
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