A veces mi poesía...

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Poesía


A veces mi poesía se me torna impertinente y suena a solo de guitarra en una banda de rock, se despierta queriendo ser insolente.

A veces mi poesía se me torna un jadeo callado y suena a ronroneo de gata en tu regazo.

A veces mi poesía es un bola de helado bañada en chocolate caliente, primero me quema y luego me calma.

Pero siempre es ella siendo yo, siempre soy yo vestida de verso.

Tal vez porque a veces soy arena, cuando quiero ser tiempo, o playa cuando quiero ser ola.

Tal vez porque soy una isla queriendo ser tu península, o soy un satélite cuando en realidad me gustaría ser tu estrella.

A veces mi poesía es el queso fundido por el borde de la tostada, deseando que tu lengua me recoja con hambrienta avidez.

A veces mi poesía es tan sólo el silbido del viento con los aires de grandeza de un huracán.

Pero siempre se aloja en mis entrañas y se pasea por las teclas, donde las letras se quedan atrapadas en el papel.

Tal vez porque soy una utópica, alguien corriente nadando contra corriente, una gota de agua en el cristal de la ventana un día de lluvia, cuando pretendo ser tormenta entre tus sábanas.

Tal vez porque muchas veces soy la pompa hecha de chicle  a punto de estallar contra la cara.

Sea como fuere, esa soy yo y esta es mi poesía, el final de todas las cosas, que no es más que el principio si le damos la vuelta.

Y aquí me tienes, en un punto intermedio, un cruce de caminos entre tú y yo, y con una promesa en mis labios: Que si alguna vez hago huelga de versos, será para que no dimitas de mi amor.

A veces mi poesía te la regalo, como hoy, que desnudo mis letras para ti, con obscena desvergüenza, y otras veces, me la quedo para mis ojos, porque al tenerme a mí, también la tienes a ella, aún sin leerla.

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