Había una vez...

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Microcuentos


Había una vez un jardín sin flores en una cárcel sin barrotes, una boca con cremallera y muchas moscas con alas de mariposa.

Había una vez un lugar donde las ilusiones eran barcos a la deriva que no tuvieron más remedio que aprender a ser submarinos, sobreviviendo bajo el agua para no zozobrar.

Había una vez un libro con letras escritas en papel mojado y un tenor afónico por gritar a un auditorio  sordo y manco para aplaudir.

Había un restaurante con cubiertos de plata y restos de comida en los platos, cocinados en los contenedores del derroche.

Había una vez un mundo que giraba alrededor del ego y  sus habitantes se mareaban con su propio movimiento de traslación, con aires de planeta autosuficiente pero frustrado por ser tan sólo un satélite.

Había un jardín de infancia con niños de geriátrico cuyos sueños habían muerto por inanición. Abortos de ciudadanos a los que no dejaron nacer.

Había una vez un cielo cuyo arcoiris era en blanco y negro como un código de barras y cuyo horizonte no era más que el borde del precipicio.

Había una libertad que te atrapaba, un jurado de ladrones y toda una vida estampada en un contrato lleno de cláusulas escritas con letra pequeña y mentiras con letra grande.

Había una vez un jardín sin flores, en una cárcel sin barrotes, al que todos llamaban España.

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