El mejor lugar del mundo

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De todo un poco...

¿Sabes? Anoche derramé unas gotas de tu perfume sobre mi almohada. Así, al cerrar los ojos y respirar profundamente, pude viajar hasta tu piel, el mejor lugar del mundo.

Un lugar cálido y acogedor con vistas a tus ojos.

Un lugar confortable como el útero materno.

Hice un viaje gratis pero de cinco estrellas.

De ida y vuelta, aunque yo sólo pensaba en quedarme.

Me dejaste instalarme y no me importó el equipaje, tu piel me alimentaba y tu calor era mi abrigo.

De noche, con estrellas o sin ellas, qué más da, me dormí acurrucada en tu regazo, mecida por el suave escalofrío que me produce el roce de tu tacto.

Quiero mudarme y ser ciudadana de tu piel, sin pasaporte ni extradición, sin hipotecas ni intereses.

Quiero vivir allí hasta que el tiempo reinvente el mundo o hasta que el mundo reinvente el tiempo. Por siempre y hasta nunca. Con el olor de tu perfume como mi droga.

¿Sabes? Esta mañana desperté pero aún sigo soñando.
 

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