Algo está pasando
Estoy preocupada. Algo está pasando.
Me he dado cuenta de que mi perro ya no duerme a los pies de mi cama y de que mi gato ya no me ignora como antes.
Algo está pasando.
Hace tiempo puse en un rincón de mi casa una trampa para ratones y de repente, me encontré con que yo misma era el queso. Y ni siquiera tú caíste en la trampa.
Algo está pasando.
Tengo más amigos que no conozco que enemigos conocidos, y sin enemigos importantes dicen que uno no es nadie. Me difumino.
Algo está pasando.
He descubierto que de los ocho pecados capitales, sólo me falta la ira para tenerlos todos, incluso alguno de ellos lo tengo repetido, cosas del pecado de la envidia, que lo quiere todo a cualquier precio.
Algo está pasando.
Si me paro a pensar, divago. Si divago me siento perezosa. Si tengo pereza evito pensar porque me cansa.
Algo está pasando.
Mi ego y yo hemos celebrado un cónclave para analizar la situación. No ha habido acuerdo, mis contradicciones son la peor de las oposiciones. Nunca se ponen de acuerdo.
Algo está pasando.
Miro por la ventana, a ver si encuentro fuera lo que no veo dentro. El cielo dibuja una primavera oscura. ¿Dónde están las flores? ¿Y los días soleados? También nieva en primavera.
Algo está pasando.
Me cae bien el lobo de caperucita, esa joven engreída que no hizo caso a su madre y que terminó pagando las consecuencias. El que avisa no es traidor. Caperucita fue la que traicionó a su mamá y por su culpa el cazador mató al lobo.
Algo está pasando.
Soy como un submarino en la superficie, sin sentido a pesar de estar a flote. Como un Ferrari que no puede pasar de los 110 kilómetros por hora, una estupidez. Los edulcorantes no me saben como el azúcar.
Algo está pasando.
Voy a resetear mi disco duro, a ver si tengo un virus. A lo mejor con sólo reiniciarme detecto el problema, es posible. Tal vez mañana salga el sol y mi gato me ignore. Ya se verá. El caso es que hoy, algo está pasando.