A volar no aprende cualquiera
A volar no aprende cualquiera.
Hace falta mucho valor para desafiar las leyes de la prudencia.
Aletea las pestañas y despeina al viento, utiliza las nubes para surfear el cielo y no pierdas detalle del paisaje.
Desde arriba los problemas son diminutos.
A volar no aprende cualquiera.
Hay quien tiene vértigo a los vaivenes de la vida.
Otros llevan zapatos de plomo que compraron sin saber el precio.
Y si en algún momento tienes que hacer un aterrizaje forzoso, improvisa.
Al fin y al cabo, a volar no aprende cualquiera.
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