Mi patera verde

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Mi patera verde  

De todo un poco...

He pintado mi patera del color de la esperanza, de un verde intenso, como mis anhelos. Es un regalo de la vida por mi cumpleaños. Ella es mi juguete. Con ella jugaré a imaginar cómo es una infancia feliz. Mientras la pinto, la miro y  la remiro con orgullo. ¡Qué bonita me está quedando!

 

Podría haberla pintado azul, pero ese es el color del mar y es tan inmenso que me da miedo y mi patera sólo me da ilusiones. Podría haberla pintado roja pero ese es el color de la sangre y, aunque soy muy niño, he visto llorar a mi madre cada vez que se ha derramado. También podría haberla pintado negra, como mi piel, pero negra  es la muerte que tanto nos ha visitado. Por eso elegí el verde, para que cuando navegue la capitana de la nave sea la esperanza. La esperanza de llegar a la orilla, la esperanza de que, a donde llegue, no se pase hambre, la esperanza de vivir hoy pensando en un futuro y, sobre todo, la esperanza de no volver nunca.

 

 

Me han dicho que el mar no tiene esquinas y que el sol no tiene amigos. Me han dicho que las olas pueden ser crueles y el viento un mal compañero de viaje. Pero yo sé que mi patera verde es fuerte y me mecerá al vaivén de las olas, como en una cuna, mientras el sonido del viento me canta una nana. Y si tengo frío, el sol me arropará hasta mi destino. Porque quiero ser mayor y encontrar el tesoro que mi mamá dice que existe más allá de los mares, un tesoro llamado felicidad.

 

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